Derecho a una educación virtual de calidad en tiempos de Coronavirus

 Derecho a una educación virtual de  calidad en 

tiempos de coronavirus

·         Pami

Desde marzo del año pasado, las actividades escolares presenciales quedaron suspendidas en Guatemala, a fin de evitar la propagación del virus COVID-19 y tratar de mitigar un posible contagio masivo entre los y las estudiantes. “Según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), a  mediados de mayo de 2020

más de 1 200 millones de estudiantes de todos los niveles de enseñanza, en todo el mundo, habían dejado de tener

clases presenciales en la escuela. De ellos, más de 160 millones eran estudiantes de América Latina y el Caribe.



 

. Desde el punto de vista metodológico, el sector educativo requería acceso tecnológico, y un alto porcentaje de docentes y estudiantes no disponían de los medios necesarios para su acceso, ya que la mayoría de la población, especialmente rural, carece de recursos como teléfonos inteligentes, tabletas, o computadoras. Es indiscutible, pues, que el sistema no estaba preparado para enfrentar esta situación.

En este boletín pretendemos reflexionar sobre cómo uno de los principales actores de la educación en tiempos de pandemia, luchó por alcanzar la calidad educativa mínima que merecen los y las estudiantes de Guatemala. Por ello, PAMI hizo un sondeo vía Google Forms con 49 maestros/as (21 % de


establecimiento privados y 79 % de establecimientos públicos), sobre su experiencia en la aplicación de la metodología virtual. Leamos, pues, sus opiniones:

 

Los maestros y maestras consultadas opinan que una educación virtual de calidad es aquella que se centra en el aprendizaje significativo de los y las alumnas; se orienta hacia el mejoramiento del proceso educativo de doble vía; brinda herramientas de autoaprendizaje; permite la interacción entre maestros y estudiantes; estimula las capacidades del alumno/a y contribuye a su desarrollo integral; es la que hace énfasis en lo pedagógico más que en lo tecnológico y asegura equidad y pertinencia respondiendo con metodologías que se adapten a las necesidades de la comunidad educativa; y, finalmente, fortalece el involucramiento de los padres y madres. La mayoría respondió que



 


para poder hacer educación virtual con calidad, además de lo anteriormente expresado, es imprescindible que tanto maestros/as como estudiantes tengan acceso a medios (teléfonos, tabletas, computadora, televisión), electricidad e internet.

 

 

Las y los consultados valoran que la experiencia educativa virtual durante el 2020 fue deficiente, porque no estaban preparados para esta modalidad educativa; los y las estudiantes, a pesar de que conocen de redes sociales, no manejaban plataformas con fines educativos y, en el mejor de los casos, solo


tenían acceso a un teléfono y al WhatsApp, desde donde resolvieron sus tareas educativas. Algunos maestros refieren que adaptaron metodologías presenciales que hacían énfasis en el aprendizaje y no en el contenido implementando, por ejemplo en la preprimaria, en los procesos de preescritura y lectoescritura. Jugó en contra de los docentes que en los establecimientos privados, desprovistos de tecnología, trabajaran extenuantes jornadas, que impactaron su salud física y mental. Una maestra considera que la experiencia fue deficiente y valora que los y las estudiantes no alcanzaron un aprendizaje mayor al 50 % de lo planificado.

 

A la pregunta sobre lo aprendido en el 2020, los y las consultadas refieren que conocieron nuevas plataformas (Zoom, Meets, WhatsApp), así como a planificar virtualmente las clases, lo mismo que a reorganizar y evaluar los contenidos bajo esta modalidad; también fue una oportunidad para aprender y poner en práctica la investigación y hacer énfasis en la expresión oral de los y las

 

 




 

estudiantes; actualizar estrategias para un trabajo individualizado que podía ser acompañado por los padres y madres de familia en casa; relevante fue que el docente tuviera una amplia comprensión de los contextos donde estaba trabajando y escuchar las propuestas de autoaprendizaje y autogestión de sus estudiantes; también a fortalecer la expresión comunicativa y autonomía en el


uso de la tecnología. Importante fue también el rol de los docentes en hacer prioritaria las necesidades emocionales de sus alumnos, impactando significativamente en su salud mental. Finalmente, fue un ejercicio de creatividad de ambas partes. En el sector público, los y las maestras realizaron su trabajo a distancia sin mayor planificación ni orientación definida por parte del Ministerio de Educación. Refieren los y las maestras que los establecimientos educativos privados, en el mejor de los casos, les proveyeron de una computadora con webcam, talleres de aprendizaje y enseñanza a distancia, facilitación de su participación en Webinars y uso de libros virtuales. En lo público, refieren haber recibido únicamente guías curriculares de aprendizaje por parte del MINEDUC.

 

 

Finalmente, se sondeó su percepción sobre las reacciones de sus alumnos y alumnas. La respuesta generalizada fue que estos tuvieron dificultades para adaptarse a las metodologías virtuales, entre otras razones, porque para la mayoría de las familias representó un incremento de gastos por impresiones y compra de tiempo de internet. Las y los chicos, consideran la educación a distancia recibida no motivadora, no real, no grata, apática y con muchas barreras. Influyó la falta de apoyo de los padres y madres por su escaso nivel educativo, por el tiempo que debían dedicar al apoyo de sus hijos e hijas con los trabajos escolares y por el costo que implicó. En pocos casos, los y las maestras percibieron que sus estudiantes tuvieron una apertura a esta modalidad, pero para la mayoría representó cansancio y aburrimiento por la falta de relación con sus compañeros/as de estudio. Consideran que la cuarentena también les afectó porque redujo la actividad física y los espacios de socialización de los chicos y chicas. Los y las maestras perciben que sus alumnos vieron esta modalidad como una expresión de la desigualdad del país, en tanto que no todos tuvieron las mismas oportunidades de acceder a la educación virtual, con calidad.

 

 

 

 

 

 

 

 

https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000374075?locale=es

 

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